Costa Rica es parte del Cinturón Volcánico del Pacífico, apodado el "Anillo de Fuego". Como tal, el país cuenta con 200 formaciones volcánicas, con la mayoría de ellas inactivas o inactivas. Sin embargo, varios volcanes regularmente retumban y explotan su lava y cenizas. Cinco en la lista de imperdibles de un aventurero son el Arenal, Irazú, Poás y Rincón de la Vieja. Los volcanes no son solo un ejemplo asombroso del poder de la Madre Naturaleza. Los volcanes cumplen una función importante porque sus erupciones enriquecen el suelo circundante. Como resultado, la tierra en Costa Rica es inusualmente fértil. No es de extrañar, entonces, que la selva tropical sea tan exuberante y que los cultivos de plátanos, piñas, café, azúcar y arroz sean tan abundantes.

Simplemente: las áreas donde se encuentran los volcanes ofrecen vistas impresionantes. Los bosques lluviosos y nubosos son el hogar de bellos ejemplos de vegetación y fascinantes especies de vida silvestre. Visitar un volcán activo es emocionante, sin duda. La majestad y el poder de la Madre Naturaleza se exhiben en estos sitios en una deslumbrante variedad de biodiversidad. Debido a la actividad volcánica, muchas áreas cuentan con aguas termales naturales, ideales para remojar los músculos cansados de ir de excursión por las montañas. Cerca de allí, los volcanes son áreas recreativas donde se puede hacer una caminata, hacer un recorrido en balsa en aguas bravas, hacer kayak, nadar, montar a caballo, caminar en su bicicleta de montaña o hacer un campamento.

Mira este video de National Geographic mientras su equipo viaja al Volcán Arenal en Costa Rica: